Toxina botulínica
La aplicación de la toxina botulínica en zonas precisas del rostro ayuda a relajar los músculos encargados de que la piel se arrugue o se doble cuando se frunza el ceño. Elimina las arrugas producidas por el paso del tiempo y por las expresiones habituales.
BOTOX
El BOTOX®, o toxina botulínica, es un tratamiento no invasivo que se aplica de manera indolora con microinyecciones, para el rejuvenecimiento facial, solo o combinado con rellenos faciales de ácido hialurónico, ya que relaja y atenúa las arrugas de expresión o dinámicas.
CONSULTA SIN CARGO
¿A quién va dirigido?
Este tratamiento está recomendado para todos aquellos hombres o mujeres que deseen conseguir un aspecto más juvenil con la desaparición de las arrugas del rostro. El botox es un tratamiento que puede ser combinado con otras terapias para rejuvenecer.
¿Cómo se aplica el botox?
La aplicación es muy sencilla, mediante una inyección el médico administrará la toxina en puntos estratégicos del músculo buscando el efecto deseado. El procedimiento durará entre 15 y 20 minutos. Aunque las molestias son pequeñas es posible que el médico aplique un anestésico local para adormecer la zona y reducir el dolor.
¿Qué beneficios aporta?
Permite que los músculos se relajen, estén menos rígidos y no se produzca la arruga. No necesita tiempo de inactividad o reposo por parte del paciente. Normalmente, el tratamiento dura entre 5 y 6 meses, después es necesario volver a aplicarlo para mantener los efectos.
¿Dónde se aplica?
Se utiliza en líneas de expresión del tercio superior del rostro (patas de gallo, entrecejo y frente) y el cuello. Logra levantar las cejas caídas o mejorar la simetría del rostro de forma efectiva y segura. Esto permite devolverle al rostro un aspecto relajado, vital y juvenil.